Un viaje muy esperado

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Tras ser aplazado en una ocasión por una serie de incidentes, por fin llegó el famoso viaje al mundo de la nieve, Sierra Nevada. Sólo piensas en poder disfrutar y ante todo hacer un famoso personaje de nariz de zanahoria por mentiroso, por sombrero la chistera del mago y para envolverle la garganta una bufanda a rayas que nos preste algún niño.

Encontrándote en el transporte empiezan a despertarse esos nervios al ver a lo lejos numerosas montañas de nieve. Al llegar, el cielo estaba cristalino, la luz embriagaba y todo estaba rodeado de nieve, me encontraba en un mundo de fantasía junto a mis compañeros y compañeras. En esa alfombra blanca se encontraban unas personas que con el simple hecho de entregarnos unos trineos hicieron de pequeños instantes grandes momentos. Al coger el trineo y lanzarte, sientes que vuelas, pero enseguida caes y lo último que haces es reírte de la caída y confundida, aunque alegre, te levantas y vuelves a empezar. Cuando después de un tiempo coges por fin el truco, te informan de un cambio de actividad, patinaje sobre hielo. En esta actividad, al colocarte los patines te sorprende lo difícil que resulta deslizarte; intentas patinar pero siempre cogida de los bordes de la pista y aún así se produce alguna caída, hasta que por fin, con la ayuda de los compañeros, logras deslizarte a través de la pista y disfrutas muchísimo el momento.

Al terminar esta actividad nos otorgaron un tiempo para almorzar y fue en ese momento cuando pudimos observar bien el paisaje.

Para finalizar el viaje nos dirigimos a observar una serie de instalaciones conocidas como CAR (Centro de Alto Rendimiento), donde se encontraban muchos deportistas descansando y otros entrenando. Primero los pudimos observar mediante un video y a continuación visitamos algunas zonas, entre las que se encontraban una pista de atletismo, piscina…

Finalizamos en el transporte que nos devolvía a una diferente realidad cotidiana. Y querría dar gracias a mi Instituto por realizar uno de mis sueños.

Verónica Castillo Gómez, 3ºC