04 febrero 2009

La Paz


Cuando era pequeña soñaba con un mundo en paz y creía que algún día eso sería posible. Han pasado los años y estoy comprobando con mucha pena que es una quimera. A diario veo en las noticias cómo no paran de surgir nuevos conflictos, el terrorismo sigue actuando y mientras tanto los gobernantes no quieren o no pueden terminar con él.
Las grandes víctimas son todas las personas inocentes que viven en las zonas en conflicto y en especial los niños y niñas que ven como mueren sus padres, madres y familiares o tienen que emigrar a otros lugares y casi siempre empezar desde cero. Cuando llegan tienen que aprender otro idioma, otras costumbres y a veces se pueden sentir rechazados.
He escuchado cómo justificaban una guerra o un ataque terrorista argumentando que era en nombre de Dios o por problemas fronterizos y yo me pregunté qué Dios podía querer que se matasen unos a otros o por qué valía tanto un trozo de terreno.
Hace unos años conocí una chica de Irán en casa de unos amigos de mis padres, se llamaba Atuxa y ella me contaba cómo había salido de Irán para poder vivir mejor, quería venirse a España a vivir, ya que en esos momentos sólo estaba pasando unos días de vacaciones en Almería. Vivía en Alemania y no conseguía adaptarse a aquel país, decía que hacía mucho frío y contaba como se sentía rechazada en muchas ocasiones, le pregunté qué significaba el pendiente de su nariz y ella me explicó que lo llevaba en ese sitio porque era soltera pero también me contó cómo vio morir a sus abuelos, sentí mucha pena y pensé en lo injusta y cruel que era la guerra.
España no es un país que esté en guerra, pero sin embargo no conseguimos vivir totalmente en paz ya que el terrorismo está presente y no deja de actuar, como consecuencia muchas familias han quedado destrozadas y otras muchas viven amenazadas.
Mi madre dice que no se puede perder la esperanza y que quizá algún día podamos ponernos todos de acuerdo y pensar en lo que realmente importa que es vivir en paz, unos con otros aceptando nuestras diferencias y respetando las diferentes ideologías. A mí también me gustaría pensar así, por eso voy a seguir conservando el sueño que tenía de pequeña, ese que me decía que todos podíamos vivir en paz.

Mª Dolores Martínez Navarro (3º ESO C)

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